lunes, 10 de mayo de 2010

“A mi me encantaba ver el periódico con mis fotos…esa era mi onda”




Así se expresa Luis Romero, mejor conocido en el ambiente periodístico como “La Muñeca”, en relación a su pasión por la fotografía. Forma parte de una de las agencias de noticias internacionales más importantes en nuestro país. Con su computadora y su celular sonando constantemente detiene el tiempo, para recordar memorias de lo que fue el período de guerra, haciendo alusión a la situación política que vivió El Salvador, así también a la entrega y amor que profesa a la fotografía, como las bases fundamentales de lo que hoy es su trabajo.


Fotos: Luis Romero. Fotoperiodista Agencia AP
Entrevista: Alexandra Naranjo


¿Cómo fueron sus inicios en la fotografía?

Cuando estaba cipote había una tía mía que le gustaba la fotografía, aparte de eso a mí me gustaba comprar la revista Mecánica Popular. Allá por 1973 decidí comprarme una de esas camaritas chiquitas de película, compraba libros y me investigaba, así me fui comprando cámaras más avanzadas. Fui averiguando de la abertura, la velocidad, los lentes intercambiables y todo eso. Entonces monté un laboratorio en mi casa, ya que me dejó mi mama, ¡era buena onda la viejita! y lo hice en el baño, pinté la ventana de negro, compré una cortina, un tanque de revelado de película y los químicos.

¿Cómo fue la transición a la fotografía periodística?

A mí me gustaba mucho escuchar emisoras de otros países y se me ocurrió que quería trabajar en un periódico, no sabía que existían las agencias de noticias y ahorita ya llevo casi reinta años aquí… Yo dije me voy a ir a ofrecer, así me fui al Latino, en esa época era el más de derecha que existía. Le dije al jefe de redacción que quería trabajar en el periódico tomando fotos, como eso ya lo podía hace. Así fue la primera vez que me regalaron un rollo.



En aquella época a finales de los 70 había demasiada represión entonces se fue creando en el país, lo mismo que está pasando ahorita con la cuestión de las pandillas casi todos repudiamos eso, antes era a los escuadrones, ¡si se mataron al arzobispo que más se puede esperar, esos son capaz de matar a su propia madre!, todo eso crea una gran conciencia social en la juventud y en las personas más conscientes del país. Había una gran solidaridad, es así como se montaban marchas, todo eso yo lo iba percibiendo… Vivía cerca del parque Cuscatlán, era así como ahora El Salvador del Mundo, de donde salen todas las marchas, además era metido y aventurero quizás eso me incentivó a tomar fotos de todo lo que veía que ocurría.

Le gustaba la acción...

Sí, me gustaba ver a los periodistas tomando fotos, me llegaba eso y así comencé con la fotografía, en el Diario Latino me dieron el chance de tomar fotografías y llevárselas. Me hice de un radio que se llama banda ciudadana, esos radios fueron muy comunes durante le guerra eran como radio transmisores. Yo tenía uno que le compre a un chero chapín.

Así sabía donde habían problemas en la cuidad, era común que estallaran bombas en los bancos, en los postes, en el parque, en todos lado. Ese radio me permitía estar en la jugada… así fue como me fui ganando la confianza o la importancia, porque era el fotógrafo del día que llevaba las ultimas noticas. Sólo yo iba, a mi no me importaba que no me dieran gasolina ni comida, a mi me encantaba ver el periódico con mis fotos, esa era mi onda.

¿Cuál fue la primera fotografía que salió publicada en el periódico?

La primera foto que me publicaron en El Latino fue una rueda de caballitos del parque Cuscatlán… -se ríe- en ese momento no había mucha acción. Me fui a tomar una foto ahí con la onda que era la única zona verde que quedaba en San Salvador y la gente ahí llegaba a divertirse.

¿Cómo fue su entrada a la agencia de noticias AP?

Cuando estaba en el Latino salía al campo y me hice chero del que era el fotógrafo de UPI (United Press International) otra agencia gringa, en aquel tiempo cuando comenzó la represión contra la prensa extranjera todos se pasaron para el Camino Real ahí estaban: UPI, AP, REUTERS, CVS, NVC.


Una vez fui a Cinquera con el grupo de gringos y el de UPI, nos metió cinco emboscadas la guerrilla, íbamos con la guardia nacional a un relevo que iban a hacer allá en Suchitoto, era una zona jodida en ese tiempo, cuando salimos de ahí llevé las fotos al Latino y me dijeron “Vaya ma tres pesos" cinco emboscadas, exponiendo mi vida, zumbándome los balazos; le dije al jefe de redacción ¡nombre! y me dijo el jefe de redacción “metete con los gringos hombre, esos ganan bien”, entonces fui a hablar con el de AP porque me habían comentado que necesitaba quien tomara fotografías y le dije: ¿no quiere que le haga fotos? y me dijo: que sí y así empezamos. Ofreció pagarme diez dólares por foto. Pasar de tres pesos a diez dolares ¡puta, que vergón!.

Así fue como entré, comencé a finales de los 80´s en ese momento comenzaba la guerra, entonces yo era como el único fotógrafo de la agencia internacional más grande de noticias de los Estados Unidos acá en El Salvador, era una gran responsabilidad que me iba a echar encima pero el mismo amor por el trabajo me permitió trabajar acá.

Ya estando en la agencia, ¿cuáles fueron algunas anécdotas?

Hay un vergo, todas la mañanas nos reuníamos en el Camino Real porque ahí quedaba la oficina, salía un grupo, entre estos: Iván Montesinos, unos de televisión y algunos fotógrafos gringos, John Hoagland incluido, claro se nos pegaban a nosotros porque nosotros conocíamos, era muy arriesgado en aquel tiempo, salíamos en un tour por: Mariona, Soyapango, Cuidad Delgado, El Playón, La Cima, Mexicanos, era un tour para buscar cadáveres.

Otra, cuando fui a la vela de monseñor Romero y todo esto…lamentablemente a mí se me quemó el archivo de fotos desde el año 80 hasta el 92 agarró fuego la oficina. Quedaba por El Salvador del Mundo, en el edificio Montecristo. Bueno, estuve cuando fué la balacera del funeral de Monseñor Romero me subí a la terraza para hacer fotos desde arriba de catedral. Vimos muertos, balaceras, como sacaban heridos, una vez en San Vicente estuve refugiado con un francotirador como cuarenta minutos y me zumbaba las balas, vi sangre muchas veces, heridos en los hospitales… y así tengo varias aventuras.

¿Nunca se le acabaron los rollos en el camino?

No, siempre andaba un montón cuando deje de trabajar en el latino, después me regalaban cajas de cincuenta rollos, me sentía como niño con piñata recién abierta para mí solo, -ríe- de barato andaba quince rollos siempre, había abundante material usted sabe que la agencia ésta, no anda con miserias.

¿Qué se requería para ser un periodista en ese tiempo?


¡Ser loco y tener huevos! – ríe- todo eso por las circunstancias que se vivían me iba con el ejército y la guerrilla a tomar fotos. Uno cometía locuras, a mí me gustaba la acción y la adrenalina, después de eso a echarse el ron y el tequila y a hablar paja con los cheros.

¿Cuál es el mayor logro que ha tenido hasta el momento?

Uno de los orgullos, primero que la agencia me ha mantenido, en segundo, a mi me gustaba hacer la fotografía, era mi hobbie y ahora mi trabajo, y digo yo: que chivo que antes me tenía que comprar las cámaras y hoy me las regalan y además me pagan por algo que a mí me gusta hacer.

Para usted ¿qué significo el cambio a la cámara digital, sabiendo que una de las características de la fotografía periodística es la inmediatez?


Cuando tomaba la fotografía de fílmico sentía amor por hacer la fotografía, meterse al laboratorio, revelar la película, el cuarto obscuro, usar los químicos, eso era más original, se siente que uno crea la foto. Pero eso noticiosamente es muy lento, nuestra labor no nos permite seguir en eso. Con la fotografía para el diálogo de La Palma habían dos salidas: o nos llevábamos todo un laboratorio de cuarto obscuro para la Palma o buscar una casa o un hotel y montar el cuarto obscuro ahí, eso y una llamada a Nueva York internacional de medio hora por una foto blanco y negro.

Ahora con las cámaras digitales tenemos más inmediatez, tenemos programas donde conectamos el celular a la computadora y podemos transmitir a cualquier lado con ayuda del internet inalámbrico. Para la toma de posesión, la transmisión fue no en vivo pero casi en el momento le enviábamos al cliente la noticia.

¿Cuál es el quipo necesario sin el cual la “muñeca” no puede salir a trabajar?

Una cámara digital, un lente angular, un lente de largo alcance como equipo principal.

Ahora para concluir ¿Por qué la muñeca?

En mi casa trabajaba una señora que tenía un hijo, este niño a todo mundo le decía muñeca, ¿por qué? a saber! …un día yo invite a la casa al fotógrafo de la UPI a comer, íbamos llegando cuando el niño sale y me dijo ¡muñeca vení!... ¡hijueputa te dicen la muñeca!... Y llegó al hotel diciendo que me decían la muñeca – rie”-.

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